jueves, 9 de mayo de 2013

Llamadas de teléfono

    Hoy no trabajo. Son las fiestas en el pueblo en el que está mi instituto de este año. Eso hace que esté en casa por la mañana y pueda coger el teléfono.

- ¡Ring! ¡Ring!
- ¿Digame?
- [Silencio]
- ¿Dígame?
- [Voz dulce y melosa] Hola, buenos días, soy Fulanita, ¿puedo hablar con un mayor?
- [Totalmente a cuadros] No, lo siento, ahora no hay nadie en casa.

   Era eso o preguntarle si le valía con 35 años o necesitaba alguien aún mayor.

martes, 7 de mayo de 2013

¿De vuelta?

    No sé si esta será la primera de una nueva hornada de entradas, ni siquiera sé si la llegaré a acabar de escribir, pero por intentarlo que no quede.

    Llevo sin escribir desde la bronca con mis padres, ya lo sé, pero me quedé tan hundida que no tenía fuerzas ni le veía el sentido a hacerlo. ¿Para qué, si todo lo fuerte que me sentía escribiendo se me había ido a la porra de un momento al siguiente? ¿Acaso no era esa la prueba de que realmente no estaba siendo tan fuerte?

    Algunas cosas han cambiado desde entonces. Por ejemplo, el Gurruño ha pasado de ser una bebita a ser un terremoto que corretea por la casa cayéndose de vez en cuando. O también el dineral que llevo gastado en mi terapeuta y que casi prefiero no pararme a hacer cuentas para no asustarme. Pero lo que no ha cambiado es que mi madre dejó de llamar a mi casa después de la bronca y no ha vuelto a hacerlo. Ni en el cumpleaños del Gurruño ni en el mío (llamar a la una de la tarde a mi móvil sabiendo que estoy en clase no es llamar realmente), ni cuando ha recibido un libro que le envié por correo por el Día de la Madre. Supongo que esto último ha sido una especie de gota que ha colmado el vaso y en parte es lo que me ha animado a volver a escribir.

    Me siento cansada, muy cansada. Aunque lo cierto es que tampoco me estoy enfrentando realmente a ella. Pero, bueno, en Semana Santa le dije que me daba mucha pena que no llamara a casa y me contestó que "es que ella no quería llamar a casa porque ya había soportado suficientes impertinencias". En fin...

    Tengo que dejarlo, la nena se ha despertado de la siesta y tiene que merendar. Espero no volver a tardar tanto en volver a escribir, aunque tiene pinta de que si lo hago no van a ser entradas alegres precisamente...